Crónica del Taller de iniciación a la Marcha Nórdica
El pasado sábado 21 de octubre, amaneció radiante después de un viernes con un tiempo infernal. A las 9:45 ya estaba yo en el punto de la cita para realizar de nuevo una actividad de iniciación a la Marcha Nórdica (o Nordic Walking) programada para las personas de la Asociación y acompañantes. Muy poco después llegó Marisa Lago, instructora oficial de Marcha Nórdica por la asociación INWA (International Nordic Walking Association), y cabeza de la empresa Euskaditrek de turismo activo, que entre otras actividades se dedica a este tipo de formaciones. Tanto ella como yo pertenecemos al Club Deportivo Ipar Izarra Nordic Walking Bilbao, hasta la fecha único club específicamente dedicado a la Marcha Nórdica en Bizkaia, aunque hay otros clubs de montaña con sus secciones de esta modalidad.
Como ya expliqué en el “pequeño reclamo” que se envió días antes, la esencia de este deporte consiste en añadir unos bastones específicos a la acción cotidiana de caminar. Al hacerlo se le imprime una serie de propiedades dinámicas que la transforman completamente. Tiene una técnica que no es terriblemente compleja, pero que tiene su punto de dificultad para hacerlo bien. Si esto se consigue, es cuando realmente se le saca rendimiento a la práctica de este deporte.
Esto es claramente necesario en su aplicación a la competición, como la de este pasado domingo 22, celebrada en Gorliz, en la que se dilucidaban la II Copa Vasco Navarra, el II Campeonato de Euskadi, y el II Campeonato de Bizkaia.
Pero también la práctica en una actividad de fitness, o de simple esparcimiento confiere beneficios reales al estado físico del practicante, tanto desde el punto de vista de la mejora del rendimiento cardio-respiratorio, como de la estructura muscular y de la postura.
Y esa era la idea el sábado por la mañana.
Con puntualidad “bilbaína” (o sea, en punto), llegaron las seis personas inscritas en el taller. Es una pena que no se inscribieran más personas para aprovechar esta oportunidad, muy bien subvencionada por la Asociación, pero esto mismo fue una gran ventaja para las seis personas participantes, que tuvieron una experiencia mucho más personalizada que si hubiera habido más gente en la actividad.
Una de las ventajas de este deporte es que es enormemente inclusivo, de tal manera que se puede disfrutar independientemente del nivel físico o técnico. Desde luego, el perfil de los participantes y su práctica deportiva habitual era de lomás variado, y el grupo estaba constituido por cuatro mujeres y dos hombres. Este es un porcentaje típico entre los practicantes. En mi club somos unas 200 personas, aproximadamente 150 mujeres y 50 hombres.
La actividad comenzó con una pequeña explicación teórica sobre los orígenes de este deporte, y a continuación se desarrolló un bloque técnico de manejo de los bastones y de percepción de la ayuda al movimiento que se obtiene con su uso. El punto de encuentro era el Paseo de Uribitarte, enfrente del Ayuntamiento de Bilbao. Y desde allí se fue encadenando una sucesión de “lecciones” dinámicas en el tramo que lleva al Museo Guggenheim. Tras varias paradas para incorporar distintas herramientas técnicas, tuvimos otra sección de práctica dinámica en la parte trasera del museo, apartados del bullicio del Paseo que estaba particularmente concurrido por la celebración el mismo día por la tarde/noche de la Maratón Nocturna de Bilbao.
Al finalizar este segundo bloque, Marisa nos planteó un paseo no muy largo para practicar lo aprendido en otro entorno cercano a la Torre Iberdrola, en el que se introdujeron unas cuestas de subida y bajada para poder percibir las sensaciones, claramente distintas de la práctica en zonas horizontales.
Y así, poco a poco fuimos regresando al punto de partida, esta vez y de manera más libre, cada uno a su aire y ritmo, cerrando yo la comitiva para no perder a ningún integrante.
El cierre de la actividad es el que siempre debemos tener tras una práctica de este deporte, y consiste en una serie de estiramientos que duran unos diez minutos, y que deben ajustarse a la intensidad del ejercicio realizado.
Este “paseo” simple tuvo muy distintos efectos en los participantes. Obviamente con la práctica continua de este deporte es como realmente se obtienen los beneficios de los que he hablado. Y aunque hay personas que salen muy frecuentemente en solitario para entrenar, por otra parte hay mucha gente que prefieren practicarlo en grupo. También para esto tenemos la solución perfecta, y es el programa semanal y mensual de salidas que organizamos en el CD Ipar Izarra Nordic Walking Bilbao con las personas que son socias.
Cualquiera que quiera más información al respecto, o de nuevos talleres de iniciación, puede informarse en la web del club.
Aunque yo llevo más de 8 años practicando este deporte, reconozco que disfruté de lo lindo de este taller. Recordé pautas técnicas que me han venido de maravilla al domingo, cuando participé en la competición oficial de Gorliz, en la que conseguí terminar sin recibir penalización de tiempos por sanción técnica.
A mí se me hizo corto, y creo que mis compañeros de taller lo pasaron bien, y sacaron provecho de lo practicado en la mañana. Y como suele decir Marisa, la sonrisa de todos los del grupo evidenciaba que habían logrado algo muy positivo.
Debo agradecer a la Asociación la iniciativa, que como todo lo que nos propone está diseñada con mucha ilusión, pensando en el beneficio que puede dar a los asociados.
Quiero constatar que no soy imparcial en mi testimonio porque soy miembro de la Junta Directiva de la Asociación, y socio del club de Marcha Nórdica, pero no pretendo serlo. Mi descripción de lo acontecido el sábado es 100% subjetiva. Si alguien tuviera interés le invito a que charle con las personas que participaron en el taller para conocer otros puntos de vista.
Mientras tanto, seguiré a la expectativa de nuevas iniciativas de la Asociación. Y seguiré haciendo Nordic Walking todo lo que pueda.
Eduardo Gimenez.